CATEDRAL DE SALAMANCA

  

 

 

Vista general de la catedral de Salamanca

 

 

Salamanca es una más entre las ciudades españolas que cuentan con dos catedrales; la vieja, en estilo románico y la nueva, del gótico florido, ambas se entremezclan en un mismo espacio, formando un interesantísimo conjunto monumental.

La catedral vieja o románica parece que se empezó a construir en el siglo XII, pero no se sabe quien participó en la traza y el proyecto de la obra.

Aunque al exterior la obra es puramente románica, el interior de esta catedral ya es de transición hacia un nuevo estilo que se empezaba a implantar en España, el ojival.

 

 

 

 

Detalles del cimborrio de la catedral

 

El obispo que dio comienzo a la obra fue don Berengario y los reyes propiciaron que se llevara a buen término, gracias a sus donaciones y privilegios, fueron Alfonso IX y Fernando II. Externamente la catedral vieja parece pequeña frente a la construcción gótica y, además, las diversas reformas todavía la empequeñecieron más. Así, la portada de ingreso que se abría entre dos torres se modificó en el siglo XVII aunque conserva las estatuas originales del siglo XIII; la Virgen y San Gabriel.

 

 

 

CAPILLA DE SANTA BÁRBARA CATEDRAL VIEJA

Las torres también cambiaron, una pasó a ser el campanario de la catedral nueva y la otra se reedificó en el siglo XVIII.

 

Por eso, si se quiere contemplar la fábrica románica en su pureza hay que acercarse al Patio o Claustro Chico y admirar los ábsides y, sobre todo, la torre del Gallo; un bello cimborrio orientalista, en la línea del de la catedral de Zamora, pero más elaborado y esbelto gracias a las dos filas de ventanas superpuestas y al remate en forma de pirámide.

 

CAPILLA FUNERARIA DE LOS ANAYA

Una vez en el interior del templo, al que se puede acceder por el pórtico o por la catedral nueva, vemos que es de gran sencillez; la planta de cruz latina, tres naves, que se cubren con bóvedas de crucería, y tres ábsides semicirculares con bóvedas de horno.

 

 

De la decoración interior cabe destacar, además de la escultura románica de capiteles y estatuas y de la de las tumbas mudéjares y góticas, dos capillas; la de San Martín por sus pinturas al fresco del siglo XIII y la Mayor por el retablo de su altar de Nicolás el Florentino.

 

 

DETALLE DE LA FACHADA PRINCIPAL PLATERESCA

La capilla de San Martín o del “Aceite”, alojada en el hueco del campanario, está decorada con una serie de pinturas sobre la vida de San Martín, además de santos, profetas y músicos, con colores muy vivos en tonos rojos, azules y verdes, debidas a la mano del artista segoviano Antón Sánchez que las realizó en la temprana fechas de 1262.

Junto a estas pinturas aparece otro fresco con la representación del Juicio Final, de autor desconocido de mediados del siglo XIV.

De esta misma época y contemplando la decoración pictórica, la tumba policromada del obispo Rodrigo Díaz.

 

 

RETABLO ALTAR MAYOR DE LA CATEDRAL

El retablo de la capilla Mayor, es un gran panel en madera dividido en numerosos compartimentos en los que aparecen las tablas, hasta 53, pintadas en colores vivos y esmaltados, con temas sobre la vida de Cristo y de la Virgen, realizadas por el artista Di Niccolo, un italiano venido de Florencia en el siglo XV y conocido aquí como Nicolás el Florentino.

Preside actualmente el retablo una imagen románica de la Virgen, patrona de la ciudad, en madera chapada en bronce y dorada, adornada con esmaltes y pedrería.

En las salas capitulares de esta catedral se encuentra instalado el Museo Diocesano con una interesante colección de pintura gótica y varios sepulcros góticos y renacentistas.

 

 

 

DETALLE DE LA BÓVEDA DE LA NAVE PRINCIPAL

A finales del siglo XV, la catedral románica se quedó pequeña para las nuevas necesidades de la sede episcopal que, en Salamanca, iba adquiriendo cada vez mayor peso e importancia, por lo que Fernando El Católico decidió levantar una nueva catedral, junto a la antigua, pero respetando la construcción primitiva.
En el año 1512 se encarga el proyecto a Juan Gil de Hontañón, y al año siguiente se comienza la nueva edificación.

Las continuas discusiones entre los diferentes maestros que colaboraron en la construcción de la catedral retrasaron la obra en una primera fase, así que hasta mediado el siglo no se le dio el impulso definitivo.

 

 

 

VISTA CÚPULA DEL CRUCERO


En el año 1551 se cerraron las bóvedas de las naves y treinta años después se emprendió la construcción de la cabecera del templo.

A partir de ahí, y por falta de recursos, la catedral avanzó con enorme lentitud, baste decir que el cimborrio del crucero, que cerraba definitivamente el templo, es obra de Joaquín de Churriguera, del siglo XVIII. El 10 de agosto de 1733 se consagraba la catedral con gran solemnidad, habían transcurrido desde su inicio doscientos veinte años.
La fachada de esta imponente catedral se debió, seguramente, a Gil de Hontañón, aunque en la prolija escultura que la adorna colaboraron artistas como Antonio de Malinas o Gil de Ronza. La portada de acceso, de doble vano, está profusamente decorada con repisas, doseletes, estatuillas y un tipo de menuda ornamentación que se repite en el estilo plateresco propio de esta época.

En el mainel aparece la imagen de la Virgen y sobre la puerta de entrada dos relieves con los temas del Nacimiento y la Epifanía, todo ello del siglo XVII.
 

 

 

ÓRGANO DE LA CATEDRAL

Algo anterior es el Calvario que remata la portada.
Donde se unen las ambas catedrales se levanta una gran torre de planta cuadrada que pertenecía en origen al campanario románico.

En el año 1705 se edificó el nuevo cuerpo de campanas, sobre el que se colocó una especie de templete barroco ochavado rematado por una cúpula con linterna. Estos sucesivos añadidos hacen de una torre una de las más altas de España, 365 peldaños separan el suelo de la cima de este campanario.
El interior de esta catedral de tres naves es un amplio espacio de gran luminosidad conseguida gracias a las numerosas ventanas y vidrieras que se reparten tanto en la nave central, como en las laterales o los ábsides.

Las naves se separan por medio de grandes arcos apuntados sobre gruesos, pero esbeltos, pilares acanalados, cuyos nervios se continúan formando las bóvedas estrelladas que cubren las naves.

 A lo largo de las naves discurren elegantes galerías adornadas con bustos y escudos.

Lo más interesante del interior es el coro, en el centro de la nave principal, cerrado por un muro debido a Alberto de Churriguera.

Los relieves de la sillería de mediados del siglo XVIII y se deben a los artistas José de Larra, al alta, y Juan de Múgica, la baja, y la reja rococó que cierra el coro es obra de un orfebre francés.

 

 

CAPILLA DE LA SOLEDAD
 

La variedad y cantidad de capillas hacen imposible su descripción, pero si mencionaremos algunas de las piezas de arte más interesantes que contienen, empezando por el crucifijo de la capilla del Cristo de las Batallas que además tienen un excelente retablo barroco debido a Alberto de Churriguera y siguiendo por los bellos azulejos de Talavera y estatuas policromadas del siglo XVI de la llamada Capilla dorada, la Asunción de Gregorio Fernández en el altar mayor y el sepulcro del obispo Francisco de Bobadilla del siglo XVI.
Por último queda por visitar la sacristía y el claustro. La primera es del estilo barroco, de mediados del siglo XVIII, amueblada al estilo de la época. El segundo, llamado también el Patío Chico, es románico, pero se reparó y transformó en tantas ocasiones, sobre todo después del terremoto del 1755, que se ha desvirtuado casi por completo su primitivo estilo.
De planta cuadrada, se construyó con una serie de arcos de medio punto, muchos de ellos hoy tapiados, apoyados sobre columnas rematadas por bellos capiteles historiados de maestro desconocido, hoy en su mayoría desaparecidos. Se conservan mejor las capillas claustrales entre las que destaca la más antigua de todas, la Talavera, cubierta por una peculiar bóveda ochavada suspendida sobre trompas, el segundo elemento arquitectónico, junto con la torre del Gallo, más original de la catedral vieja. El retablo de esta capilla es renacentista aunque presidido por una Virgen gótica de mediados del siglo XIV.
 

 

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