LA CATEDRAL DE AVILA

 

Vista general de la catedral de Ávila

 

 

En la amurallada ciudad de Ávila, junto a una de las puertas de entrada y formando parte del lienzo de la muralla y de su sistema defensivo, se alza una notable catedral, a medio camino entre templo y fortaleza, dentro del estilo gótico de transición, dedicada a El Salvador.

 

La definitiva repoblación de la ciudad de Ávila en el siglo XI permitió el asentamiento de la sede episcopal y la construcción de la primitiva catedral románica en tiempos del conde Fernán González.

Este templo se comenzó a finales del siglo XI y sobre él se levantó la actual catedral, al mismo tiempo que las murallas, siendo rey Alfonso VIII.

 

 

 

 

Fachada principal dominada por la recia torre campanario, la única acabada de las dos que tiene la catedral.

Una fecha posible de su comienzo sería alrededor del año 1181, pero las obras se prolongaron hasta el siglo XV. La parte más antigua, la cabecera sería de finales del siglo XII, y las naves y el pórtico, hoy desaparecido, de comienzos del siglo XIII. La parte fundamental del templo ya estaba acabada a mediados del siglo XIV, incluido el claustro, pero algunas capillas y las vidrieras son del siglo XV.

 

Al exterior esta catedral tiene aspecto de fortaleza reforzado por los remates almenados y su inclusión en la muralla, donde llama poderosamente la atención el ábside, en forma de cubo, que sobresale de la misma.

 

De ahí ciertas dudas sobre si así se quiso fortalecer la muralla, o ganar sitio para la catedral, o respetar el lugar sagrado de la reliquia de San Segundo, u otras razones.
 

 

 

 

 

Capilla Mayor de la catedral con un retablo de finales del siglo XV

Dentro de este cubo semicircular, conocido vulgarmente como el cimborrio, está la cabecera de la catedral, con su capilla mayor rodeaba de doble ambulatorio, a pesar de tener tan sólo tres naves, caso único en España.
 

El abovedamiento de esta girola es de crucería trapezoidal. La capilla mayor tiene dos órdenes de ventanales.

Exteriormente el antedicho cubo aparece seccionado verticalmente por fajas angulares que suplen los contrafuertes, y se corona en la parte superior por un doble recinto con barbacanas. Y, todavía más arriba, presenta un tercer recinto almenado.

 

Las dos torres de la fachada oeste completan la fortificación del templo, comunicándose con el cubo del ábside por dobles caminos cubiertos, y entre ambas torres hay un compartimento abovedado que hoy forma parte de la nave mayor de la catedral. Sobre el tejado corren los adarves.

 

 

 

 

Interior de la catedral en el que se puede apreciar la gran altura que alcanza la nave principal.

Quizás, por su fuerte contraste con la estructura del conjunto, lo menos interesante desde el punto de vista arquitectónico en esta catedral sea la fachada principal, del siglo XVIII, enmarcada por dos torres, una de ellas inacabada. En cambio, la portada septentrional, del siglo XIII, si armoniza con el resto y, aunque muy deteriorada, es un excelente ejemplo de escultura gótica. Las figuras que aparecen en las jambas, bajo doseletes, son las de los doce Apóstoles. En el tímpano y arquivoltas se desarrollan temas del juicio Final y el conjunto se contempla con la figura de El Salvador y el grupo de la Anunciación.

 

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Distintas piezas artísticas que se pueden ver en las numerosas capillas con que cuenta la catedral de Ávila

 

Interiormente es un templo de tres naves, crucero y cabecera poligonal con girola. La división entre las naves se hace por medio de arcos apuntados sobre delgadas columnas de fuste y capiteles lisos.

En su construcción se utilizaron dos materiales distintos; una piedra arcillosa en arcos y bóvedas que les da un tono rojizo muy característico y una piedra más resistente, la berroqueña, para las columnas que tenían que soportar las bóvedas de ojivas.

Incrustadas en el espesor del muro, como si fueran grandes hornacinas, hay nueve capillas con arcos de entrada apoyados sobre columnas rematadas por capiteles historiados finamente labrados.
La cabecera del templo aloja la Capilla Mayor rodeada de doble deambulatorio, que presenta un gran retablo de finales del siglo XV, empezado por Pedro de Berruguete y terminado por Juan de Borgoña.

Trascoro del siglo XVI realizado por Juan Rodríguez y Lucas Giraldo

 

Dentro del retablo está el sagrario, una pieza de alabastro de estilo renacentista obra de Vasco de la Zarza que, como si fuera un minúsculo retablo, está decorado con escenas de la vida de Cristo.

 De este mismo artista es el excelente sepulcro plateresco del obispo Alonso Fernández de Madrigal, detrás del altar mayor, en el que aparece la figura del obispo sentado y escribiendo sobre un atril en el centro, flanqueado por dos columnas, y sobre él un gran medallón con el tema de la Epifanía bajo un arco decorado con cabezas de angelitos.
 

El trabajo de talla es de una gran delicadeza, destacando la finura y realismo de los ropajes del prelado.

En el centro de la nave, el coro, cerrado por una reja renacentista con relieves del siglo XVI por el holandés Cornelis también dentro del estilo plateresco.
 

Numerosos y bellos son los distintos sepulcros de las distintas capillas de esta catedral de San Miguel del siglo XV; el de Blasco Muñoz, señor de Villafranca, y el de Ruy González Dávila, la excelente sepultura gótica de Pedro de Valderrávano, en la capilla de San Ildefonso, en la que aparece el difunto vestido con armadura y yelmo.

Entre los relieves que adornan esta tumba destaca uno bastante peculiar y del que desconocemos el significado; una mano que tira del pelo a una mujer velluda.

 

 

 

Vidrieras de la nave principal del templo


En esta misma capilla está el sepulcro del obispo Alfonso II, del siglo XIV, realizado en granito.

 

 

Entre los retablos, además del de la capilla Mayor, cabe mencionar el de la capilla de Nuestra Señora de Gracia que, aunque reformado en el siglo XVII, incorporó al nuevo, cinco notables pinturas del primitivo retablo del siglo XV con temas sobre la vida de la Virgen.

 

Por último antes de pasar al claustro, no debemos olvidar el repertorio de vidrieras de la catedral de las que tan sólo queda una gótica, del siglo XIV, en la que se ve a la Virgen sentada con el niño, el resto son del siglo XV, algunas ya muy avanzado el siglo.
 

 

 

 

 

 

 

Una de las vidrieras del siglo XIV en ELla se representa la Virgen con el niño

Adosado al costado sur de la iglesia se encuentra el claustro gótico con crestería renacentista reformado no hace muchos años. Se cubre con bóvedas de crucería y consta de cuatro galerías a las que se abren arcos apuntados decorados con tracería y óculos en las enjutas.


Cerrado por una magnífica reja plateresca, la capilla del Cardenal Cisneros abierta en una de las galerías del claustro, es hoy museo catedralicio; uno de los mejores de su género.

NAVE CENTRAL, VISTA DE LAS BÓVEDAS DEL CRUCERO

 Entre las numerosísimas piezas que lo conforman hay dos buenas tallas románicas, góticas, renacentistas y barrocas, hasta libros miniados, pasando por la orfebrería religiosa, como la famosa custodia de plata de Juan de Arfe, o pinturas góticas procedentes de distintos retablos.
 

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