LA CATEDRAL DE OVIEDO

 

 

Fachada principal de la catedral de Oviedo en la que destaca la espectacular Torre de San Miguel

 

La catedral de Oviedo es un edificio de estilo gótico florido levantado entre los siglos XIV y XVI, pero reconstruido en gran medida en los primeros años de este siglo.

 

Después de la Reconquista, Alfonso II el Casto promovió un conjunto arquitectónico palaciego que fue el origen de la actual catedral; de esta época queda la capilla de palacio hoy en la Cámara Santa, junto a la sacristía.

 

Sabemos, además, que existió una catedral románica de la que se aprovecharon muchos de sus elementos en el nuevo templo erigido entre los siglos XIV y XVI, como la torre de San Miguel que sirve de vestíbulo de la Cámara Santa y la decoración escultórica de la misma.

 

Del conjunto catedralicio gótico, las primeras dependencias que se levantaron datan de finales del siglo XIII y son la Sala Capitular y el Claustro, aunque este último se terminó ya en el siglo XV.

 

La construcción del templo fue la que más se dilató en el tiempo. Desde que se empezó el ábside, hasta el remate del pórtico y la torre de la fachada pasaron casi tres siglos.

 

Como se indica más arriba la parte más antigua de la catedral es la cripta de Santa Leocadia, en la Cámara Santa, a la que se accede desde un pequeño patio situado junto a la sacristía. Es un amplio espacio abovedado, de gran sencillez, en el que el presbiterio aparece en un nivel un poco más elevado que la nave.

 

 

 

 

Vista de la nave central

 

 

Dividiendo ambos espacios, un arco rehundido en el que se abre una pequeña ventana abocinada. En el pavimento hay dos losas sepulcrales visigóticas ornamentadas con motivos orientales.

 

El piso alto de la Cámara Santa se reformó en el siglo XII, cubriéndolo con bóveda de cañón, reforzada por tres arcos perpiñanos, dos en los extremos y uno en el centro.

 

Bajo estos arcos se colocaron seis pares de columnas-esculturas con sus plintos, basas y capiteles, en las que se labraran las figuras de los 12 Apóstoles, tallados con un sentido del movimiento y variedad en las actitudes más propias del gótico que del románico.

 

La decoración escultórica se complementa con un Calvario, colocado en el muro, que en origen fue polícromo y del que hoy tan sólo quedan las cabezas de Cristo, María y San Juan.
 

 

En la cámara Santa es donde se encuentra el Tesoro de la catedral; un conjunto de piezas excepcionales que son un pálido reflejo de lo que debieron ser las posesiones de la corte de Alfonso II.

 

 

 

 

 

 

 

RETABLO ALTAR MAYOR

 

 

Entre todas ellas, si hubiera que destacar alguna, nos decidiríamos por cuatro piezas; la “Cruz de los Ángeles”, del año 808, a base de planchas de oro, bellamente trabajadas y grandes camafeos romanos; la “Cruz de las Victorias”, con piedras preciosas y esmaltes de gran colorido, y de factura algo posterior a la anterior; la “Arqueta de las Ágatas” del siglo X, de madera repujada en oro y decorada, como su nombre indica, con piezas de ágata de variado tamaño y dibujos y, por último, el “Arca Santa” quizás la más interesante de todas; una gran mesa de altar del siglo XI en madera de roble cubierto de planchas de plata en las que se han labrado, en relieve, diversas escenas de la vida de Cristo.
 

 

 

 

 

 

Detalle del cuerpo superior de la Torre de San Miguel.

 

 

En el exterior de la cámara se alza la Torre de San Miguel, de principios del siglo XII, de gran sobriedad, salvo el último cuerpo en el que se abren dobles ventanas en cada uno de sus lados y con contrafuertes rematados por ménsulas.
 

El templo gótico consta de tres naves con crucero, girola, esta última añadida en el siglo XVII, y capillas laterales, lo más primitivo de la iglesia es el ábside del siglo XIV, de autor desconocido, ya que los primeros maestros de que se tiene noticia empezaron a trabajar en la construcción de la catedral a partir del siglo XV.
 

A finales de este siglo estaban terminadas las naves con sus correspondientes bóvedas.

 

Sobre los arcos apuntados que separan las naves laterales de la central, de gran altura, aparece un triforio conformado por una doble ventana decorada con la tracería típica del gótico florido.

 

Sobre el triforio se abren grandes ventanales con hermosas vidrieras realizadas en el siglo XVI por el maestro castellano Santillana, pero reformadas hace menos de cuarenta años, después de haber sufrido serios daños durante la guerra civil.

 

La fachada se levantó ya en el siglo XVI, según el proyecto de Juan de Badajoz; es decir un pórtico de tres arcos rematado por dos grandes torres, de las que sólo llegó a construirse una.

 

 

 

 


 

Torre vieja de la catedral

 

Hoy en día la que más llama la atención en esta curiosa fachada es la gran torre, más cercana al gótico que al renacimiento, de delicada y peculiar belleza.
 

En la decoración del interior de la catedral destaca el gran retablo del altar mayor, realizado en la misma época que la fachada, y dentro del mismo estilo del gótico tardío.

 

Dividido en cinco tramos verticales y cuatro cuerpos horizontales, este retablo, obra de Giralte, está realizado en madera dorada con relieves policromos en los que se relata la vida de Cristo.

 

Las dos dependencias más interesantes del conjunto catedralicio son la Sala Capitular y el claustro.

 

La primera, la parte más antigua de la construcción gótica, se comenzó a finales del siglo XIII, siendo obispo de la diócesis don Fernando Álvarez, y se terminó en los primeros años del siglo XIV. Tuvo que ser restaurada en el año 1976.

 

Es de planta cuadrada y se cubre con una bóveda ocropartita.

 

En ella se pueden admirar el notable retablo de la Piedad, donado por el arquitecto Juan de Candamo que aparece retratado en el mismo junto a su esposa.
 

 

 

 

 

 

Portada de acceso a la capilla del Rey Casto

 

Junto a la Sala Capitular se encuentra el claustro, comenzado en la misma época pero terminado dos siglos más tarde.

Es un gran patío de veintisiete por treinta y dos y se levanta en parte sobre la primitiva construcción románica, lo que se confirma por las excavaciones que se hicieron en los años cincuenta que sacaron a la luz varios elementos arquitectónicos y escultóricos del siglo XII.

 

 

claustro catedralicio

 

El actual, gótico, se comenzaría a base de grandes arcos apuntados decorados con tracerías que apoyan sobre columnillas y capiteles. En estos últimos aparece un riquísimo repertorio icnográfico.

A comienzos del siglo XVIII, el arquitecto Francisco de la Riva Ladrón de Guevara añadió al claustro un segundo piso con balcones y ornamentación de ese siglo.

El claustro es hoy un museo con numerosos sepulcros en muros y pavimento que presentan interesantes lápidas.

 

 

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